12 noviembre, 2006

Excursionistas revirtió en Cámara un fallo de la IGJ

Seguramente muchos recordarán que hace dos años, tras las elecciones de noviembre de 2004, un integrante de la lista opositora "Agrupación 1° de febrero" denunció a la Institución ante la Inspección General de Justicia por presuntas irregularidades en los comicios.

Tiempo después, salió el fallo de la IGJ con respecto a aquella denuncia. El mismo hacía hincapié en que los socios no fueron convocados a participar de la elección conforme a las disposiciones estatutarias. Concretamente, el Estatuto Social del Club Atlético Excursionistas prevé que todos los asociados deben ser notificados via circular escrita a sus domicilios, esto es una carta certificada con aviso de recibo. Sucede que el Estatuto no aclara si quienes deben ser notificados son aquellos socios en condiciones de votar (dos años de antigüedad mínimo y cuota social al día) y la interpretación de la IGJ posee una estricta rigurosidad de criterio que obliga al club a citar a todos los socios. ¿Qué implica esto? simple; que si bien la Institución cumplimentó con las demas formas de notificación (publicar un edicto en un diario de distibución masiva convocando a Asamblea y publicar los padrones y las convocatorias en las carteleras del estadio), para el criterio de la IGJ esos pasos no fueron suficientes para que todos estuvieran al tanto de la renovación de autoridades.

Aquella Asamblea tuvo amplia difusión, no solo por el edicto que en definitiva no es más que un formalismo ya que ¿quién lee la sección de edictos en un diario?, sino también porque se habló de ella durante más de seis meses, por radio, por internet, en el club y en cuanto lado podría haber sido posible. Francamente, resulta impensable que un socio de Excursionistas no se hubiera enterado de que había elecciones. No obstante ello, decíamos, el estricto rigor de la IGJ con respecto a las disposiciones estatutarias nos embarcaba en un compromiso totalmente inviable, no solamente desde el punto de vista práctico, sino también en el aspecto económico: enviar una carta certificada a la casa de cada socio, desde el número 1 inscripto en el año 1910 hasta el último en 2002. Aproximadamente 12.500 notificaciones a razón de $11,25 cada una. Cerca de $140.000 derrochados, si consideramos que muchos han fallecido, otros se han mudado, algunos desaparecieron o no quieren saber más nada con el club. ¿Qué sentido tiene mandarle una carta a alguien que, por ejemplo, hace 40 años que no viene a Excursionistas? ¿En qué cabeza cabe la posibilidad de que alguien quiera saldar una deuda de 65 años sin pagar su cuota societaria para poder participar de una Asamblea? Por lógica resulta inconcebible, aunque la IGJ se ciñó al texto del Estatuto y resolvió sin moderaciones. Ese fallo, en cierta forma, paralizaba al club, impidiéndole celebrar asambleas so riesgo de una impugnación casi segura por parte de cualquier otro socio con ganas de entorpecer el ritmo institucional del club.

Con la intención de evitarle semejante erogación innecesaria a la Institución y buscando reordenar la situación, la Comisión Directiva resolvió apelar la medida ante Cámara Civil con el asesoramiento del Estudio Rivera, el mismo que logró sacar al club de la quiebra a través del concurso de acreedores que aún hoy Excursionistas abona anualmente y gracias al cual el club puede aún tener sus puertas abiertas.

Afortunadamente, la Cámara tuvo un criterio más flexible y atemperó la rigurosidad de la resolución de la IGJ con un fallo del cual Excursionistas se notificó hace algunos días. A continuación pasaremos a enumerar las consideraciones del mismo y su resolución.

En principio, el fallo de la Cámara considera que el hecho de no haber notificado por circular escrita al domicilio de los socios no justifica la decisión de privar al acto eleccionario de sus efectos, considerando algunos puntos en particular.

En primer término, destaca que el proceso eleccionario contó con la presencia de un veedor de la IGJ por expreso pedido de la presidencia del club, sin que el funcionario en cuestión realizara denuncia alguna por irregularidades (1).

En segundo lugar, la Cámara Civil considera que las razones por las cuales no se anotició a los socios por correo son atendibles, dado el punto de vista económico y práctico y que los mecanimos de notificación utilizados fueron suficientes (2).

En tercer lugar, el fallo de la Cámara dispone que no existen discrepancias entre el padrón de socios habilitados para votar y las exigencias pescriptas por el Estatuto y que el hecho de no haber remitido las circulares escritas al domicilio de cada socio no reviste una trascendencia tal que merezca la decisión adoptada por la Inspección General de Justicia (3). Además, afirma el fallo, no puede soslayarse que la conformación del padrón ha sido absolutamente consentida por el denunciante, tanto es así que según parece el mismo ha conformado una lista opositora" (4). Aquí corresponde preguntarse ¿cómo habría obrado el denunciante si la lista opositora que él integraba hubiese ganado las elecciones? (5).

La conclusión de la Cámara es que las irregularidades denunciadas no han privado al denunciante del derecho de asistir y participar de las elecciones (6), resolviendo declarar válido y eficaz el acto eleccionario de noviembre de 2004, como así también a las autoridades surgidas de ese acto (7).

Por otra parte, la Cámara Civil alienta a Excursionistas a que reforme su Estatuto Social en los términos de los artículos 35 y 44 por encontrarse sus disposiciones en contradicción y faltas de vigencia. Dichos artículos son aquellos que determinan la forma de anoticiar a los asociados de la convocatoria a asambleas. A raíz de ello, la Comisión Directiva dispuso colocar en el orden del día para la Asamblea Ordinaria del próximo domingo la reforma del Estatuto en tales puntos. Ahora bien, dicho todo esto, corresponde realizar algunas apreciaciones personales.

Desde hace un tiempo, han recrudecido de parte de un reducido núcleo de necios los agravios y las mentiras, siempre partiendo desde el anonimato o la impunidad que da sentarse detrás de una computadora. Algunos van incluso más allá y se erigen en rectores de cómo deberían hacerse las cosas, cuando en realidad nada le han aportado nunca estos cobardes a la Institución.

Se han dicho barbaridades tales como que, semana tras semana, el club recibía visitas sorpresivas de inspectores de la IGJ, que los padrones de asociados habían sido robados misteriosamente de la Secretaría, que el club mantendría una deuda monstruosa con la AFIP, que el "Cabildo" estaba destruído y abandonado, que las Inferiores son un desastre y varias mentiras más que forman parte de un plan sistemático para confundir al socio de Excursionistas. Sin embargo, si a todo esto no lo acompañan aunque sea con una idea, no hacen más que darnos fuerza y entereza a quienes estamos a cargo de la conducción del club para seguir trabajando y renovar nuestro compromiso con la Institución.

La crítica es válida si es constructiva. El que tenga ganas de brindarle tiempo, trabajo y energía al club siempre será bienvenido. A quienes condicionan su participación en la vida institucional de Excursionistas a la presencia de tal o cual dirigente, desde ya les agradecemos el elogio; nos queda muy claro que quienes dividen y crean discordias siguen estando en la vereda de enfrente: la de la pavada, el agite y la mentira.

Desde hace casi tres años venimos conviviendo con el desprecio y el resentimiento de aquellos que no tienen un solo proyecto para ofrecerle al club, ni una idea, ni un sponsor, ni un técnico, ni un jugador, ni un predio para las inferiores; nada, simplemente se limitan a denostar lo que hemos construído y descalificarnos como único método para trascender.

A quienes esperaban este fallo de la Justicia con desconfianza e incredulidad, acá lo tienen. Cumplimos. Y avanzamos.


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